¿QUÉ ES LA LITERATURA INFANTIL? (segunda entrada)
La frase Literatura Infantil, para algunos puede sonar a literatura simple (o simplona), que no aborda temas candentes, ni tiene intrincadas estructuras textuales que llevan al lector por derroteros que desafían su modo de estar en el mundo, sin embargo, es la literatura más difícil de crear.
Si tomamos la propuesta hecha por J. F. Rossel, en su artículo ¿Qué es la literatura infantil?, en Rev. Cuatro Gatos, debiéramos decir que es difícil de crear porque el autor debe compartir tanto la experiencia, como la mirada de su destinatario, sin subestimarlo, ni tratarlo como a un ser que se "debe formar" o entregar herramientas que le permitan desenvolverse en la sociedad y estar a la altura de las circunstancias en el momento que se le requiera. Por el contrario, el autor de literatura infantil debe tener tal agudeza que debe ser capaz de plantear desafíos a sus lectores, debe sorprenderlos con su contenido, para que de esta manera, el niño se sienta motivado a permanecer en el texto.
La literatura es el espacio donde confluyen la magia (como lo decía en una entrada anterior), lo posible- imposible, el desafío, lo evidente, lo sensato con lo sensible; como dice Bodoc "es un arte y como tal está liberado de cualquier otro propósito" que no sea el del placer estético, el de disfrutar una historia que nos llega al alma de manera bella o que nos "encanta" con su ilustración. Es decir, la literatura infantil nos revela lo mejor de nosotros mismos, de lo que podamos llegar a ser.
La literatura infantil no es solo traducir realidades del mundo adulto al escenario infantil, es mirar con los ojos de un niño, quien tenga contacto (o lo haya tenido) con niños pequeños entenderá a qué me refiero, para ellos es tan real un sueño, un juego, una película, como lo que sucede en su cotidianeidad, por eso es tan factible para ellos compartir su espacio real con seres creados en su imaginación.
Como decía al inicio crear literatura infantil es una de las labores más desafiantes ya que:
1º Se debe conquistar a un lector que vive la no-realidad como real.
2º Para conquistar a este lector se debe compartir su mirada y
3º Se debe a su vez, producir un texto que no solo llame la atención del lector infantil, sino que además se debe "seducir" al adulto que comprará el texto y posteriormente lo leerá (en el caso de los niños prelectores). Este adulto, muchas veces no está preparado para seleccionar de manera idónea, el texto más adecuado, privilegiará el costo por sobre la calidad estética o propuesta del autor.
Este tercer punto hace que cobre sentido, hoy más que nunca, nuestra labor como mediadores, no solo orientando nuestra labor a fomentar la lectura en niños y jóvenes, sino también en el desafío que consiste en trabajar con el mundo adulto no lector para que puedan ser capaces de mirar la literatura infantil sin otro apellido que no sea el de infantil, que puedan compartir el placer que provoca la lectura de cualquier texto de calidad.
Finalmente debo declarar que la literatura infantil no es algo definible, es un mundo que sobrepasa la lógica de los mundos literarios posibles, que se abre a la lógica de múltiples realidades, es arte, encuentro, es un momento y una proyección al futuro...es.
